En los últimos años, la Academia de los Oscars de Hollywood había optado por escoger al menos una película de entre todas las que se estrenan ese año para que represente a la comunidad negra.
Si bien a lo largo de un año natural se estrenan muchos largometrajes cuyo reparto e intervinientes son predominantemente de raza negra, en lo que respecta a la gala de los Óscars, la Academia opta por escoger aquellas películas que denuncian la desigualdad que han sufrido las personas de color a lo largo de la historia.
Todo comenzó a partir del Oscar So White, una campaña que comenzó a partir de la 88º edición de los Oscars en los que la prensa denunció la nula presencia de personas de raza negra que, sin embargo, ellos pensaban que habían realizado una labor merecedora, cuanto menos de nominación.
El hecho de haber sido el segundo año consecutivo en el que esto ocurría provocó un gran revuelo en la Academia. A partir de ese momento, la presencia de las personas de color estuvo garantizada en todas las ediciones.
Los precedentes de 2017, 2018 y 2019
De esta manera, en el año 2019 los académicos optaron por darle el máximo galardón a Green Book una película que narraba con todo lujo de detalles la marginación sufrida por un músico con un gran talento pero que, pese a ser invitado a las mejores fiestas de todo el mundo para que les deleitase con su música, seguía siendo tratado con desprecio, debiendo utilizar el baño del servicio, comer lejos del resto de comensales o incluso sufriendo amenazas.
Los críticos se preguntaban si el hecho de tratar el tema que traba quizás había contribuido a su victoria final. El año anterior, Get Out rozó las mieles del triunfo con un género como el de Terror que, generalmente no tiene cabida en los Oscars. En cualquier caso, la calidad de la cinta era indiscutible y la decisión de nominar a la película en la categoría a mejor film fue ampliamente aplaudida. La victoria, pese a todo, fue a parar a manos de “La forma del agua”.
Finalmente, el primer año tras los Oscars So White será recordado especialmente por el error garrafal de Warren Beatty y Fave Dunaway los encargados de dar el nombre del ganador y que en un momento sin precedentes en la historia, pronunciaron el nombre equivocado dando el triunfo a “La La Land” cuando en realidad el que había ganado era “Moonlight”. Precisamente la ganadora final era una película sencilla que en años anteriores jamás hubiera sido capaz de alcanzar el título y que aquel año rompió todos los pronósticos.
Del Oscars So White al Oscars So Black
La evolución de una edición sin protagonistas blancos a una edición con protagonismo absoluto de personas de color se fraguó en tan solo cuatro ediciones y así, en la edición 91º se había producido un giro completo de los acontecimientos.
Ruth E. Carter fue la primera mujer negra en ganar un Óscar en la categoría de diseño de vestuario. Hannah Beachler fue la primera persona de raza negra en ganar un premio a su trabajo en la categoría de Mejor Diseño de Producción. Ese mismo año, Mahershala Ali ganó su segundo Oscars, en la categoría de Mejor Actor Secundario.
Regina King ganó también el Oscar en la categoría de Mejor Actriz de Reparto. Peter Ramsey también se alzó con un Oscar gracias al título logrado por Spiderman en la categoría de mejor película de animación. Spike Lee también ganó un premio con Infiltrado en el KKKlan quien se alzó la estatuilla de Mejor guión adaptado. Finalmente Green Book también ganó el Oscar a la mejor película en la que fue la edición con mayor presencia de personas de color de la historia.
Vuelta a comenzar en la edición de 2020
Dicen que todo lo que sube acaba bajando tarde o temprano y eso fue lo que ocurrió apenas un año después. El discurso del Oscars So White se desvaneció como la pólvora y en la edición 92º volvímos a encontrarnos con una edición de Oscars So White.
USA Today fue una de las primeras en denunciar que, una vez más, habíamos regresado al punto de partida. ¿Qué ocurrirá en la edición 93º? ¿Volveremos al Oscar So White? ¿O estaremos ante el Oscar So Black?